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1.- discapacidad intelectual: un repaso.
Nos ha parecido interesante un artículo
publicado en el medio de comunicación @20m,
en una sección denominada Capaces.
En el artículo, la psicóloga y responsable del área de empleo
de Asociación de Personas con Diversidad Funcional,
Victoria Serrano Fernández,
nos hace un resumen de algunas características y connotaciones
de las personas con discapacidad intelectual,
y nos hace un pequeño viaje por la realidad
del binomio empleo-discapacidad en España.
En algunas cosas coincidimos;
en otras, tenemos una visión distinta.
Haciendo “spoiler” -con permiso-, buscaremos la reflexión.
Lo primero que nos indica Victoria
es que “…la discapacidad intelectual es un cajón de sastre de la discapacidad…”,
aspecto en el que coincidimos
en el fondo de lo que creemos que quiere expresar (diversidad),
Porque dónde está alguien que nos diga que la Sociedad en sí misma
no es un cajón de sastre (por no decir desastre)
Efectivamente, en las aulas de LOTTO FORMACIÓN
tenemos una diversidad patente de personas,
como la hay en cualquier aula de cualquier centro educativo.
Un aspecto que condiciona mucho la discapacidad intelectual
es cuando no está clara, y se confunde, muchas veces:
“…no está muy claro si se trata de un retraso madurativo
o de una discapacidad intelectual leve…”.
Esto lo vemos en LOTTO FORMACIÓN con algún alumnado,
que ha tenido bastantes problemas “técnicos·” y burocráticos
para ver reconocida su discapacidad intelectual.
Esta discapacidad intelectual leve se vuelve más difícilmente detectable
cuando la persona roza la denominada “inteligencia límite”,
muy próxima a lo establecido como un coeficiente intelectual “normal,
pero con características funcionales muy similares a la discapacidad intelectual leve.
En ambos casos,
“…con algunos apoyos,
las personas pueden llevar una vida completamente normal”.
Dentro de esa normalidad, entra en juego el tener un empleo.
¡Y estas ya son palabras mayores!
Que pueden llevar una vida normal se justifica
porque “…presentan capacidad para aprender,
siempre que se utilicen los apoyos y herramientas adecuados…”.
Disentimos con la afirmación de Victoria
de que “…suelen lograr adaptarse al sistema educativo
y desempeñar una actividad profesional…”.
Por nuestra experiencia, con generalidad,
ni el sistema educativo les facilita los apoyos y herramientas adecuados,
ni las empresas privadas les facilitan, no ya los apoyos y herramientas adecuados,
sino algo más simple por donde empezar: verdadera oportunidad de trabajar.
Y se nos va a entender si decimos
que lo contrario de verdadera es cosmética.
También tenemos otra visión de lo que indica Victoria
sobre que “…sus habilidades sociales suelen ser relativamente adecuadas…”.
Nuestro alumnado es deficitario en habilidades sociales
(cada nuevo alumno presenta debilidad en este ámbito),
lo que nos lleva a deducir que se trata de un déficit común,
porque nadie se las ha enseñado adecuada y profesionalmente.
En LOTTO FORMACIÓN, las habilidades sociales no son importantes;
son críticas,
y entran dentro de nuestra programación didáctica.
Simplemente, porque para llevar esa vida completamente normal,
van a necesitar dominar las habilidades sociales.
Entiende, por último, Victoria que “…la discapacidad intelectual leve
es la gran discriminada,
pues, al haber otras personas con más necesidades de apoyo,
ellas no reciben el que necesitan…”,
con lo que su potencial se queda en eso: en potencial, no en realidad.
Los apoyos de estas personas son efímeros,
es decir, lo más normal es que no sean necesarios para siempre,
sino hasta que “…asimilen y creen una rutina para las tareas a desempeñar…”.
2.- La historia de José Manuel.
José Manuel dice que “…la mayor dificultad la encuentro
cuando tengo que aprender algo,
que hay que explicármelo de otra manera…”.
¡Y a quién no, José Manuel!
¿Es que solo hay una manera de explicar?
¡Que nos lo digan a los docentes!
Al llegar a determinada edad adulta,
no nos cuesta el adaptar nuestras explicaciones
para que nos entiendan nuestros hijos o nuestros mayores.
¿Qué pasa, que no podemos hacer lo mismo con todo el mundo?
En LOTTO FORMACIÓN sabemos que la única manera de que nuestro alumnado
apruebe los exámenes de oposición con muy buena nota
es explicándole el temario con un lenguaje sencillo
y con muchos ejemplos para aplicar los conceptos.
Nos cuesta el tiempo de preparar las adaptaciones,
pero ese es nuestro valor para el alumnado.
Victoria expresa que “…la mayor dificultad para conseguir su inclusión plena
sucede a nivel laboral…pues no trabajar no les permite desarrollarse como quisieran,
tampoco a nivel social…”.
¡Una verdad como un templo, pero del siglo XV!
Podríamos dar la palabra a empresas,
no que apuesten por, sino que ejecuten auténticas políticas de inclusión.
Las contamos; luego lo dividimos por el número total de empresas.
A ver qué porcentaje nos sale.
Dudamos que el primer dígito sea mayo que cero.
Es la Sociedad, con su falta de empatía y de ofrecimiento de oportunidades
la que provoca esta discriminación insostenible,
ahora que a todo se le pone el adjetivo de sostenible.
Nos dice José Manuel que con la oportunidad que ha tenido
“…en estos momentos estoy muy integrado.
En el pasado estaba en casa sin hacer nada, ni tener oportunidades.
Ha sido un trabajo lo que me ha hecho estar totalmente integrado.
El trabajo es lo que me da autonomía para hacer mi vida, como a mí me gusta…”.
José Manuel ha indicado cual es la terrible consecuencia
del principal problema de las personas con discapacidad intelectual:
están en su casa sin hacer nada.
Esto es, obviamente, un problema también para las familias,
que se encuentran desamparadas,
sin saber a dónde acudir para cambiar la situación
y abandonadas a una mala suerte.
LOTTO FORMACIÓN trabaja para cambiar esa suerte,
igual que otras muchísimas entidades
que trabajan por y para la discapacidad intelectual.
Nuestro principal argumento para revertir esa suerte
es preparar a las personas con discapacidad intelectual
para obtener una plaza de funcionariado.
Primero, tienen una motivación para dejar de estar en casa sin hacer nada;
segundo, están aprendiendo conceptos que les van a ser válidos en su vida;
y tercero, están ante la oportunidad de derrotar al enemigo
que no les deja hacer esa vida independiente plena: la falta de un empleo.
José Manuel trabaja en un Centro Especial de Empleo,
que le ha ofrecido la oportunidad de trabajar.
¡Y ahí está!, trabajando, como cualquiera,
poniendo todas sus capacidades al servicio de su empresa,
como cualquiera (que coja con las mismas ganas un trabajo, claro).
¡Enhorabuena, José Manuel!