Muchas, muchas, muchas personas solo comprenden determinadas situaciones que
afectan a otras, cuando ellas se ven afectadas por esas situaciones.
Parece un galimatías, pero nada más lejos de la realidad.
(Nota: “galimatías”: lenguaje difícil por su confusión)
Pongamos varios ejemplos de esas personas:
1.- Aparcan vehículos en las esquinas de las calles o en pasos de cebra, impidiendo el
tránsito a muchas personas (estamos pensando a lo mejor en una silla de ruedas para
discapacidad física, pero también podemos pensar en un andador para persona mayor
o un carrito para bebé).
2.- Hacen aplicaciones (por ejemplo: las de sacar tickets para zonas de aparcamiento
regulado) o elaboran documentos (por ejemplo: las leyes o las sentencias judiciales),
que para entenderlos hay que hacer un Máster previamente.
3.- Establecen ofertas de empleo en las que no se tiene en cuenta a toda la
diversidad de personas, para que las oportunidades sean equitativas para todas.
4.- ponen señales de orientación en edificios, calles o grandes espacios públicos, en
las que ni una inteligencia artificial sería capaz de llegar a los sitios.
5.- se “preocupan” mucho por la igualdad (la más manoseada es la de género, que
debería llamarse más correctamente de sexo), pero poco por la equidad.
(Nota: “manoseada”: utilizada tanto que se hace pesada).
¿Hay que estar afectado por todas esas situaciones para cambiar el comportamiento?
Triste y lamentablemente, parece que sí.
Basta que estés un poco pendiente de situaciones como esas, y te hagas tu propia
composición de lugar.
Detrás de esas actitudes y comportamientos hay una tremenda falta de empatía.
La falta de soluciones a las mismas muchas veces está en el origen de lo que
hacemos: el diseño de productos y servicios.
No vivimos en una Sociedad muy empática, que digamos.
Tampoco que tenga en cuenta las necesidades de todas las personas (fase inicial de
todo diseño de producto o servicio).
Cuando la Sociedad se haga, por fin, empática, tendrá la base para comprender las
necesidades de todas las personas y el concepto “Diseño para todas las personas” se
integrará en el día a día de todo lo que la Sociedad haga profesionalmente.
Empatía es, simplemente, ponerse en el lugar de otra persona, para entenderla y
comprenderla.
Diseño para todas las personas es, simplemente, pensar en todas cuando
profesionalmente planifiquemos, desarrollemos y realicemos aquello a lo que nos
dedicamos, sean productos o servicios.
Ambos conceptos, empatía y diseño para todas las personas, darían mucha, mucha,
mucha solución a ejemplos como los anteriormente expuestos.
Este artículo se nos ocurrió después de visionar un vídeo espectacular al respecto.
Felicitamos a las personas creadoras y a las promotoras de este impactante video.
Se podría titular “La vida al revés”:
https://www.instagram.com/reel/C8jhWG2p7JP/?igsh=ZW16ZHIyNjZwbGtw
En Lotto Formación trabajamos porque la mayor cantidad de personas comprendan y
empaticen con las personas con discapacidad intelectual.
Nos queda mucho por hacer, pero no vamos a desfallecer en nuestro leitmotiv.
(Nota: leitmotiv: motivo fundamental).